Uno de los aspectos más atractivos de esta localidad es el paisaje y la naturaleza que le rodea. Su río, lagos, lagunas, valles y praderas la convierten en un lugar idóneo para la contemplación y el descanso. De este territorio destaca el Parque Natural del Lago de Sanabria, espacio natural que con sus 22.000 ha afecta incluso a las sierras Segundera y Cabrera.
Aquí se dislumbra la morfología creada por los glaciares que durante el Cuaternario afectaron a estas sierras como puede verse en la propia cuenca del lago de Sanabria y del río Tera. De esta forma, la comarca de Sanabria conserva en la actualidad el mayor número de lagunas de origen glaciar de la Península Ibérica después de los Pirineos. Hasta 35 lagunas han sido contabilizadas, todas ellas caracterizadas por estar situadas en la altiplanicie (1.600 msnm) y por la pureza de sus aguas, lo que redunda en beneficio de la fauna y la flora específica que vive en este hábitat.
La consecuencia más notable de esta glaciación, es el propio Lago de Sanabria. Éste fue excavado por el hielo de la última glaciación de Würm, alcanzando una profundidad de 53 m y una longitud que supera los 3 km. Estos datos le convierten en el mayor lago glaciar de la Península. Pero además se encuentra en un bello paraje que ha dado origen a una particular leyenda, que sitúa su origen en una maldición divina del pueblo que, inundado, descansa bajo sus aguas y del que se escucha el tañido de sus campanas cada noche de San Juan.